martes, 13 de diciembre de 2011

De pronto...

Eras aquel al que consideré la mejor historia de amor puro que podía contarle a mis hijos, a mis nietos...

Eras la ilusión más grande que se me dio, que sobrevivió a años, a tristezas, a distancias e indiferencias...

Y de pronto, te volviste un cobarde, un mentiroso, un cualquiera para mi.

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