jueves, 20 de enero de 2011

Una carta más para Ámbar:

Quiero comenzar diciendo que te extraño,
seguro lo sabes, porque así comienzo mis días.
Quiero que sepas que me siento mejor,
ya no me dueles tanto, pero eso me confunde...

No quiero olvidarte nunca,
no quiero dejarte de sentir,
no quiero que me olvides.

Dejar de sentir este dolor es inconcebible para mi,
sería como olvidarte, como terminar el luto,
como si desaparecieras de aquí...
Y yo no quiero eso, nunca, jamás.

Las cosas mejoran... tengo mi cabello más largo,
deberías verlo, puedes verlo... se me olvida.
trabajo por mi cuenta, mi relación estable y...
toda yo en la cuerda floja.

(Por cierto, extraño soñarte...)

Quiero escribirte tantas cosas,
pienso en todas, en cada una de ellas,
pero al escribirlas, las vuelvo a borrar,
tu mereces que hable sólo algo especial.

Nuestro Merol se nos murió...
Se me fue, pero es que seguro ya querías un pez,
verás que él es bueno,
(... espero pronto me quieras a mi...)
no salta y come bien,
dale una pecera grande, la merece.

No sabes como necesito abrazos,
pero es tan feo pedirlos, sé que no debería,
pero es como si perdieran el encanto,
la gracia de ser dados porque sí.

Me he soltado de los hilos de la tristeza,
aunque aún me queda uno bien agarrado al corazón.
Sé que todo pasará, que seguirá, que yo seguiré sin ti,
sin nosotros y así no quiero que siga...

¿Cómo se supone que uno se repone de algo así?
¿Cómo se supone que siga con este pedazo de vida?
Porque el otro trozo eres tu...
No olvides que te amo.

Espera mi siguiente carta...

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