jueves, 30 de agosto de 2012

De la nada...

El primer recuerdo fuerte que tengo de ti, es en el que aún ni me conocías y querías ya hacerme sonreír, que un día sin pretextos me escribiste, que un día de la nada llamaste y que pocos días después, ya estabas tú frente a mi. Que el mundo no se detuvo, al contrario, que giró y giró más rápido y en tu compañía me puso.

Y es que sin saber nada de mi, sin conocer más de lo que tus ojos podían ver, atravesaste una ciudad, viniste a un mundo del que no sabías que esperar... un dragón, una princesa o algo más allá. Cruzaste una ciudad completa para conocer de una sola vez mi voz, mis ojos, mi olor, y fue ahí cuando te vi llegar y supe que mis sueños e ilusiones iban a despertar, que mis miedos se tenían que marchar y que pase lo que pase, sea lo que sea, esto vale la pena y puede funcionar.

¿... Te he dicho que creo en la magia? Claro, no en la de conejos y pañuelos, sino en aquella que cruza de pronto los caminos de mundos paralelos, la magia que te encuentra entre millones de sueños ajenos, que sin moverte de tu lugar, te lleva a espacios lejanos y en el fondo, siempre esperamos que sean duraderos.

Aún me pregunto en qué momento se decidió este camino, esto de jugar con nuestros espacios, con nuestros tiempos, con todo nuestro entendimiento y ponernos justo aquí, frente a frente, por un lado, pareciendo los más desafortunados por la distancia que existe, pero por el otro lado, un par de afortunados,  por sabernos aquí, viendo los ojos del otro y saber que no estamos solos, que compartimos este plan del destino... 

Magia es no saber como fue que llegaste a mi, ni cómo es que mis ojos dieron contigo en un espacio lleno de hastío... Dicen que el mundo un día decide conspirar y pues yo le creo, porque de la nada nos logró juntar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario